Dedicamos este lugar a las Tres Joyas;
Al Buda, el ideal de la iluminación, al que aspiramos;
Al Dharma, el sendero de la enseñanza, el cual seguimos;
A la Sangha, la amistad mutua que disfrutamos.
Que aquí no se hable ninguna palabra necia;
Que ningún pensamiento inquieto perturbe la mente.
A la observación de los cinco preceptos
dedicamos este lugar;
A la práctica de la meditación
dedicamos este lugar;
Al desarrollo de la sabiduría
dedicamos este lugar;
Al logro de la iluminación
dedicamos este lugar.
Aunque en el mundo exterior exista la violencia,
que aquí exista la paz.
Aunque en el mundo exterior exista el odio,
que aquí exista el amor.
Aunque en el mundo exterior exista la aflicción,
que aquí exista la alegría.
Ni por el cantar de las escrituras sagradas,
ni por el rocío del agua bendita,
sino por nuestros propios esfuerzos hacia la iluminación
dedicamos este lugar.
Que alrededor de esta mándala, este sitio sagrado,
se abran los lotos, los pétalos de la pureza.
Que alrededor de esta mándala, este sitio sagrado,
se extiendan las vajras, la muralla de la determinación.
Que alrededor de esta mándala, este sitio sagrado,
se produzcan las llamas que transmutan el Samsara en nirvana.
Al sentarnos aquí, al practicar aquí,
que nuestras mentes se hagan Buda,
que nuestros pensamientos se hagan Dharma,
que nuestra comunicación mutua se haga Sangha.
Para la felicidad de todos los seres
y el beneficio de todos los seres,
con el cuerpo, el habla y la mente
dedicamos este lugar.
DHAMMACAKKAPPAVATTANA-SUTTA *
Namo Tassa Bhagavato Arahato Sammasambuddhassa
Dutiyalokadhamma Suttra
Namo Tassa Bhagavato Arahato Sammàsambuddhassa
ANATTALAKKHANA-SUTTA.
Namo Tassa Bhagavato Arahanto Sammasambuddhassa
(Sappurisa Sutta-Anguttara Nikaya IV 73)
Traducción al español por Samanera Thitapuñño
Satipattana Suttra, Majjhima Nikaya, Suttra N.º 10
Así he oído. En una ocasión vivía el Buda entre los kurus, en Kammasadamma, una ciudad de mercado de los kurus. Allí, el Bienaventurado se dirigió así a los monjes: "Monjes", y ellos le contestaron: "Venerable Señor". Y el Bienaventurado habló como sigue:
Monjes, el único camino para la purificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana, es éste: Los Cuatro Fundamentos de la Atención. ¿Cuáles son esos cuatro?
He aquí (en esta enseñanza) un monje que vive practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando la contemplación de las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive contemplando la consciencia en la consciencia, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo.
LA CONTEMPLACIÓN DEL CUERPO
Y ¿cómo vive un monje contemplando el cuerpo en el cuerpo? Monjes, he aquí que un monje va al bosque, al pie de un árbol a un lugar solitario, se sienta con las piernas cruzadas, mantiene su cuerpo erguido y su atención alerta.
Atento aspira y atenta espira. Al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una espiración larga, sabe: "Hago una espiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". Al hacer una espiración corta, sabe: "Hago una espiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, aspiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, espiraré", así se ejercita.
De la misma manera que un tornero experto o su aprendiz sabe, al labrar una voluta grande: "Estoy labrando una voluta grande", o al labrar una voluta corta, sabe: "Estoy labrando una voluta corta", así el monje, al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración)' aspiraré, así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración), espiraré, así se ejercita.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando tanto los factores de origen como los de disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive con independencia, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, así es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
Asimismo, monjes, cuando un monje camina, sabe: "Estoy caminando"; cuando permanece de pie, sabe: "Estoy de pie"; cuando está sentado sabe: "Estoy sentado"; cuando se tumba sabe: "Estoy tumbado"; y también tiene consciencia de cualquier otra posición del cuerpo.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje medita practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo.
Asimismo, monjes, un monje aplica la clara comprensión al avanzar y al retroceder; al mirar hacia adelante y al mirar alrededor, aplica la clara comprensión; al extender y encoger los miembros, aplica la clara comprensión; al vestir la ropa y al llevar el bol de limosnas, aplica la clara comprensión; al comer, al beber, masticar y saborear, aplica la clara comprensión; al andar, permanecer de pie, sentarse, dormirse, al despertar, al hablar y al callar, aplica la clara comprensión.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, envuelto en la piel y lleno de impurezas, de la planta de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, y piensa así: "Hay en este cuerpo: pelos en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina."
Es como tener un saco de provisiones, de aquellos con dos aberturas, lleno de diversas clases de grano, tales como: arroz de montaña, arroz corriente, alubias, guisantes, sésamo, arroz perlado, y un hombre que tiene buenos ojos lo abre, lo examina y dice: "Esto es arroz de montaña, esto arroz corriente, esto son alubias, esto son guisantes, esto es sésamo, esto es arroz perlado." De la misma manera, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo de las plantas de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, envuelto en la piel y lleno de impurezas. "En este cuerpo hay pelo en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, en cualquier lugar o posición en que se encuentre, pensando en sus elementos materiales: "En este cuerpo hay el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego, el elemento aire".
Como si un carnicero experto o su aprendiz que, tras sacrificar a una vaca y dividirla en partes se ponen a venderlas en el cruce de cuatro carreteras, de la misma manera el monje reflexiona sobre su propio cuerpo en cualquier lugar o posición que se encuentre, pensando en sus elementos primarios: "En este cuerpo hay el elemento tierra, agua, fuego y aire"
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
I
Asimismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo que lleva un día muerto, o dos días muerto, o tres días muerto, hinchado, amoratado y putrefacto, tirado en el osario, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "Es verdad que este cuerpo mío tiene también la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y la disolución del cuerpo. O tiene conciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive independiente, sin apegarse a nada en el mundo. Así es, cómo el monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
II
Asimismo, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, que está siendo devorado por los cuervos, los gavilanes, los buitres, los perros, los chacales o por distintas clases de gusanos, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello.»
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
III
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, y con algo de carne y sangre adherido a él...
IV
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, embadurnado en sangre y sin carne...
V
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto sin carne y sin sangre, unido tan sólo por los tendones...
VI
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario y reducido a huesos sueltos esparcidos en todas las direcciones: aquí los huesos de la mano, allá los de los pies, los huesos de las espinillas, los de los muslos, la pelvis, las vértebras, el cráneo.
VII
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos blanqueados como una concha...
VIII
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos de más de un año, amontonados...
IX
Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos podridos, reducido a polvo, entonces aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores de origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
LA CONTEMPLACION DE LAS SENSACIONES
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando las sensaciones en las sensaciones? Monjes, un monje, al experimentar una sensación agradable, sabe: "Experimento una sensación agradable"; cuando experimenta una sensación dolorosa, sabe: "Experimento una sensación dolorosa»; cuando experimenta una sensación ni agradable ni dolorosa, sabe: "Experimento una sensación que no es ni agradable ni dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal agradable, sabe: "Experimento una sensación mundanal agradable"; cuando experimenta una sensación mundanal dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual agradable, sabe: "Experimento una sensación espiritual agradable"; cuando experimenta una sensación espiritual dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa".
Así vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones internamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones externamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de Las sensaciones, o vive contemplando Los factores de disolución de Las sensaciones, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de Las sensaciones. O tiene consciencia de que "hay sensaciones" en el grado necesario para el conocimiento y la atención y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es como un monje vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones.
LA CONTEMPLACIÓN DE LA CONSCIENCIA
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando la consciencia en la consciencia? Monjes, he aquí que un monje, cuando hay pasión en la consciencia, sabe que hay pasión, y cuando no hay pasión en la consciencia, sabe que no la hay; cuando hay odio en la consciencia, sabe que hay odio, y cuando no hay odio en la consciencia, sabe que no lo hay; cuando hay ignorancia en la consciencia, sabe que hay ignorancia, y cuando no hay ignorancia en la consciencia, sabe que no la hay; cuando la consciencia está disminuida, sabe que está disminuida; cuando la consciencia está distraída, sabe que está distraída; cuando la consciencia está desarrollada, sabe que está desarrollada; cuando la consciencia está en un estado con otro estado superior a ella, sabe que hay un estado mentalmente superior; cuando no hay un estado mental superior, sabe que no hay un estado mental superior"; cuando la consciencia está concentrada, sabe que está concentrada, y cuando la consciencia no está concentrada, sabe que no lo está; cuando la consciencia está liberada, sabe que está liberada, y cuando no está liberada, sabe que no lo está.
Así vive contemplando la consciencia en la consciencia internamente, o vive contemplándola consciencia en la consciencia externamente, o vive contemplando la consciencia en la consciencia interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de la consciencia, o vive contemplando Los factores de disolución de la consciencia, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de la consciencia, o sabe que "hay consciencia" en el grade necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando la consciencia en la consciencia.
LA CONTEMPLACIÓN DE LOS OBJETOS MENTALES
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales?
He aquí que un monje vive contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos?
He aquí, monjes, que cuando el apetito sensual está presente en él, el monje sabe: "Hay apetito sensual en mí"; cuando el apetito sensual está ausente, sabe: "No hay apetito sensual en mí." Sabe cómo surge el apetito sensual y sabe cómo no vuelve a surgir en el futuro el apetito sensual que se ha rechazado.
Cuando la ira está presente, el monje sabe: "Hay ira en mí", y cuando la ira está ausente, sabe: "No hay ira en mí." Sabe cómo surge la ira que no existía previamente; sabe cómo se rechaza la ira que ha surgido, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la ira rechazada.
Cuando la pereza y el sopor están presentes en él, el monje sabe: "Hay pereza y sopor en mí"; cuando la pereza y el sopor están ausentes, sabe: "No hay pereza ni sopor en mí." Sabe cómo surgen la pereza y el sopor que no existían previamente, sabe cómo se rechazan la pereza y el sopor surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro la pereza y el sopor rechazados.
Cuando el desasosiego y la ansiedad están presentes en él, sabe: "Hay desasosiego y ansiedad en mí"; cuando el desasosiego y la ansiedad están ausentes, sabe: "No hay desasosiego ni ansiedad en mí." Sabe cómo surgen el desasosiego y la ansiedad que no existían previamente, sabe cómo se rechazan el desasosiego y la ansiedad surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro el desasosiego y la ansiedad rechazados.
Cuando la duda está presente en él, el monje sabe: "Hay duda en mí"; cuando la duda está ausente, sabe: "No hay duda en mí." Sabe cómo surge la duda que ya no existía previamente, sabe cómo se rechaza la duda surgida, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la duda rechazada.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Así es, monjes, cómo el monje vive practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco obstáculos.
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por los cinco agregados del apego Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego?
Monjes, he aquí que un monje piensa: "Así es la forma material, así surge la forma material, así desaparece la forma material; así es la sensación, así surge la sensación, así desaparece la sensación; así es la percepción, así surge la percepción, así desaparece la percepción; así son las formaciones mentales, así surgen las formaciones mentales, así desaparecen las formaciones mentales; así es la consciencia, así surge la consciencia, así desaparece la consciencia."
Así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego.
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos?
Monjes, he aquí que un monje conoce el ojo y las formas visuales y la atadura que surge dependiendo de ambos (del ojo y de las formas), sabe cómo surge la atadura que no existía previamente, sabe cómo se rechaza la atadura surgida y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la atadura rechazada.
Conoce el oído y los sonidos..., la nariz y los olores..., la lengua y los sabores..., el cuerpo y los objetos táctiles..., la mente y los objetos mentales, y conoce las ataduras que dependen de ellos; sabe cómo surgen las ataduras que existían previamente, sabe cómo se rechazan las ataduras surgidas, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro las ataduras rechazadas.
Monjes, así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que "hay objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.
Monjes, asimismo, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de la iluminación.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación?
Monjes, he aquí que cuando la atención que es un factor de iluminación está presente en él, el monje sabe: "Hay en mí la atención que es factor de iluminación"; cuando la atención que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la atención que es factor de iluminación", y sabe cómo surge la atención que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la atención surgida que es factor de iluminación.
Cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está presente, el monje sabe: "Hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación"; cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación", sabe cómo surge la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación que no está previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación.
Cuando la energía que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la energía que es factor de iluminación"; cuando la energía que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la energía que es factor de iluminación", sabe cómo surge la energía que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la energía que es factor de iluminación.
Cuando la alegría que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la alegría que es factor de iluminación"; cuando la alegría que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la alegría que es factor de iluminación", sabe cómo surge la alegría que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la alegría que es factor de iluminación.
Cuando la calma que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la calma que es factor de iluminación"; cuando la calma que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la calma que es factor de iluminación", sabe cómo surge la calma que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la calma que es factor de iluminación.
Cuando la concentración que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la concentración que es factor de iluminación"; cuando la concentración que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la concentración que es factor de iluminación", sabe cómo surge la concentración que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la concentración que es factor de iluminación.
Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación." Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación", sabe cómo surge la ecuanimidad que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la ecuanimidad que es factor de iluminación.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación.
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades?
Monjes, he aquí que un monje sabe: "Esto es sufrimiento" según la realidad; "Éste es origen del sufrimiento", sabe según la realidad; "Ésta es la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad; "Éste es el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando los factores del origen y los factores de la disolución de los objetos mentales". 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferramiento a nada en el mundo. Monjes, así vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.
En verdad, monjes, que aquel que practique estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete años puede esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Monjes, ni siquiera siete años. Si una persona practicara los Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante seis años... cinco años... cuatro años... tres años... durante un año, entonces podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Monjes, ni siquiera medio mes. Si una persona practicara estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante una semana, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Por esto se ha dicho: "Monjes, éste es el único camino para la parificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana; los Cuatro Fundamentos de la Atención."
Así habló el Bienaventurado. Los monjes acogieron con satisfacción sus palabras.
Que todos los seres sintientes seamos capaces, rectos de mente, palabra y cuerpo.
Que seamos amables y sin orgullo.
Que estemos contentos, libres de carga, y con todos los sentidos en calma, tranquilos.
Que seamos sabios, no arrogantes y sin ningún deseo por los bienes y riquezas de los otros.
Que seamos incapaces de hacer algo malo y dañar a los seres sintiente, de este universo y de los otros.
Que todos los seres estén, bien, felices y en paz.
Que todos vivamos en seguridad y en regocijo.
Que todos los seres vivos seamos felices, tanto débiles como fuertes, altos y robustos, de talla media o pequeña, presentes o no presentes, próximos o distantes, nacidos o por nacer.
Que nadie defraude y maltrate o desprecie a un ser vivo por cualquier razón o causa.
Que no permitamos que la ira, el odio y la codicia nos haga desear el mal a otro ser vivo, sea quien sea.
Así como una madre vela por su hijo único, dispuesta a perder su propia vida para proteger su vida, con corazón de amor puro, así deberemos de cuidar a todos los seres vivos, inundando el mundo entero con una bondad y compasión que venzan todos los obstáculos para la paz y la felicidad.
De pie o andando, sentado o echado, despiertos y dormidos, durante nuestras horas de estudio, meditación, comidas, trabajo y paseo, debemos recordar conscientemente que la mejor forma de vivir en el mundo es cultivando en nuestros corazones el Amor hacia todos los demás, sin discriminación alguna y con plena ecuanimidad.
Sin ataduras producidas por los engaños del apego, la aversión, la ignorancia y la confusión, y con una clara visión sustentada en la sabiduría y la compasión, podamos todos salir del ciclo de los sufrimientos al mismo tiempo y juntos.
Que todos los seres puedan vivir felices, contentos y seguros.
Que todos los seres estén sanos, sin enfermedades ni adicciones.
Que todos los seres obtengan lo que desean y necesiten para su paz y tranquilidad.
Que todos los seres estén libres de miedos y esperanzas, protegidos contra cualquier daño.
Que todos los seres tengan paz y tranquilidad en sus corazones y en sus mentes.
Que haya paz en el mundo, y en todas las partes de los universos.
Que para que la compasión crezca cada vez más nos refugiemos en el Buda, el Dharma y la Sangha.
Que nos protejan Las Tres Joyas para liberarnos toda insensatez, apego y aversión.
Que cada uno de nosotros nos transformemos en un medio de amor.
Que yo pueda convertirme en una medicina para aliviar a los enfermos. Que sepa cuidar y sanar las aflicciones de los demás hasta que se curen. Que pueda convertirme en alimento y bebida para aquellos que sufren hambre y sed.
Que yo pueda proteger a los desamparados y a los pobres.
Pueda yo convertirme en lámpara para aquellos que están en la obscuridad.
Que yo pueda ser una cama para aquellos que están cansados y agotados.
Que pueda convertirme en un puente para que todos pasen de la orilla de la pena y el sufrimiento a la orilla de la paz y la felicidad.
Que todos encuentren la felicidad a través de mis acciones en mente, palabra y cuerpo.
Y que nadie sufra y se incomode debido a mis pensamientos, palabras y obras.
Que dese yo la felicidad a todos los seres, ya sea que me amen, me odien, o que no me conozcan, y ya sea que me cuiden o me lastimen.
Y que pueda yo ser una buena persona para la felicidad y gozo de todos los seres sintientes, sin excepción alguna.
Lectura en voz alta Pareja 1:
(Prajnaparamita).
El Bodhisattva de la compasión,
cuando meditaba profundamente,
contempló la vacuidad de los cinco skandhas
y rompió las ataduras que le ocasionaban sufrimiento.
Así pues,
la forma no es más que vacuidad,
la vacuidad no es más que forma,
la forma es sólo vacuidad,
la vacuidad sólo forma.
Sentimiento pensamiento y voluntad
hasta incluso la conciencia
son todo lo mismo.
Todas las cosas son vacías por naturaleza,
no nacen, ni se destruyen,
ni está manchadas, ni son puras,
ni aumentan, ni disminuyen.
Así, en la vacuidad,
no existe forma, ni sentimiento, ni pensamiento,
ni voluntad, ni siquiera la conciencia.
No hay vista, no hay oído, no hay olfato,
ni gusto, ni cuerpo, ni mente.
No hay color, no hay sonido
ni olor, ni sabor, ni tacto,
ni nada a lo que la mente pueda aferrarse,
ni siquiera el hecho de sentir.
No existe la ignorancia,
ni el cese de la ignorancia,
ni todo lo que proviene de la ignorancia,
no existe la decrepitud, ni la muerte,
ni el cese de ambas.
No existe el sufrimiento,
ni la causa del sufrimiento,
ni el cese del sufrimiento,
ni camino noble que aparte del sufrimiento,
ni siquiera sabiduría que conseguir:
la consecución también es vacuidad.
Así pues,
conoce que el Bodhisattva
sin nada a lo que aferrarse
y morando en la sabiduría Prajña únicamente
se ve liberado de los obstáculos engañosos
y del temor por ellos engendrado
alcanzando el más puro Nirvana.
Todos los Budas del pasado, del presente,
Y los Budas del tiempo futuro
usando esta sabiduría Prajña
alcanzan la visión completa y perfecta.
Escucha pues el gran Dharaní
el mantra radiante e incomparable,
el Prajnaparamita
cuyas palabras alivian todo sufrimiento.
Escúchalo y créelo, que es verdad:
Gate gate pargate parasamgate Bodhi svaha
Gate gate pargate parasamgate Bodhi svaha
Gate gate pargate parasamgate Bodhi svaha
(Anguttara Nikaya III, 65)
Traducción al español por Samanera Thitapuñño
Los Kalamas de Kesaputta visitan al Buda:
Los Kalamas de Kesaputta solicitan la guía de Buda:
El Criterio para el rechazo:
Codicia, odio e ignorancia:
"Kalamas, dado a la codicia, y estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?" "Sí, venerable señor."
"Kalamas, dado al odio, y estando mentalmente sumergido y vencido por el odio, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?" "Sí, venerable señor."
"Kalamas, dado a la ignorancia, y estando mentalmente sumergido y vencido por la ignorancia, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?" "Sí, venerable señor."
"¿Censuradas o alabadas por los sabios?" "Censuradas, venerable señor."
"Cuando estas cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al daño y al infortunio? ¿O cómo les parece?" "Cuando estas cosas se emprenden y se siguen conducen al daño y al infortunio. Así nos parece esto."
El Criterio de aceptación:
Ausencia de codicia, odio e ignorancia:
"Kalamas, no dado a la codicia y no estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia, un hombre no mata, no roba, no comete adulterio y no dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su beneficio y felicidad?" "Sí, venerable señor."
"¿Censurables o no censurables?" "No censurables, venerable señor."
"¿Censuradas o alabadas por los sabios?" "Alabadas, venerable señor."
"Cuando estas cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al beneficio y la felicidad o no? ¿O cómo les parece?" "Cuando estas cosas se emprenden y se siguen conducen al beneficio y la felicidad. Así nos parece esto."
Las Cuatro Moradas Exaltadas:
"Él vive, habiendo difundido, con el pensamiento de compasión .... con el pensamiento de gozo solidario ... con el pensamiento de ecuanimidad ..., ilimitado pensamiento de ecuanimidad que está libre de malicia u odio."
Los Cuatro Consuelos:
"‘Supongan que hay un más allá y que hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas. Entonces, es posible que en la disolución del cuerpo después de la muerte, apareceré en el mundo celestial, el cual posee el estado de gozo.’ Éste es el primer consuelo que encuentra."
"‘Supongan que no hay más allá y que no hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas. Sin embargo, en este mundo, aquí y ahora, libre de odio, libre de malicia, seguro, saludable y contento me mantengo.’ Éste es el segundo consuelo que encuentra."
"‘Supongan que resultados malos caen sobre un hombre que actúa mal. Yo, sin embargo, pienso en no hacerle mal a nadie. ¿Entonces, cómo es posible que resultados malos me afecten si no hago malas obras?’ Éste es el tercer consuelo que encuentra."
"‘Supongan que resultados malos no caen sobre un hombre que actúa mal. Entonces, de todos modos, me veo purificado.’ Éste es el cuarto consuelo que encuentra."
"El discípulo de los Nobles, Kalamas, que posee tal mente libre de odio, tal mente libre de malicia, tal mente sin mancha, tal mente purificada, es aquel para el cual, aquí y ahora, cuatro consuelos encuentran."
"¡Maravilloso, venerable señor! ¡Maravilloso, venerable señor! Venerable señor, es como si una persona tornara boca arriba aquello que está boca abajo, o como si descubriera lo que está cubierto, o como si enseñara el camino a alguien que se encuentra perdido, o como si llevase una lámpara en la oscuridad pensando, ‘Aquellos que tengan ojos verán objetos visibles,’ así ha sido presentado el Dhamma en muchas formas por el Bendito. Venerable, señor, nosotros acudimos a tomar refugio en el Bendito, a tomar refugio en el Dhamma, y a tomar refugio en la comunidad de Bhikkhus. Venerable señor, permita el Bendito considerarnos como seguidores laicos que han tomado refugio por vida, a partir de hoy."
Así le oí a Buda enseñar, un día mientras residía todavía en el monasterio de Anatapindika, en el parque de Jeta no lejos de Sravasti.
Ese día, tarde a la noche, un dios apareció y visitó a Buda. Su belleza y su resplandor iluminaron todo el parque. Después de haberse inclinado ante Buda con respeto, le hizo una pregunta recitándole un poema: Numerosos son los dioses y los hombres que desean saber lo que es la verdadera felicidad Llevando una vida sana y apacible. Te ruego, ¡Oh, Honrado por el Mundo!, enséñanos.
He aquí la respuesta de Buda:
Mantenerse lejos de malhechores,
Vivir en compañía de sabios,
Venerar a los que son dignos de ser honrados.
Esta es la más grande de las felicidades.
Vivir en un buen ambiente,
Poder sembrar buenas semillas
Y seguir un buen camino,
Esta es la más grande de las felicidades.
Tener una educación y un buen oficio,
Saber practicar el Vinaya
Y utilizar la palabra amorosa,
Esta es la más grande de las felicidades.
Cuidar de vuestros padres,
Querer a vuestra familia,
Ejercer la profesión que os conviene,
Esta es la más grande de las felicidades.
Vivir con rectitud y generosidad,
Ayudar a vuestros parientes próximos y lejanos,
Comportarse de una manera irreprochable,
Esta es la más grande de las felicidades.
Abstenerse de hacer el mal,
De tomar alcohol y drogas,
Hacer el bien con celo, siempre que podáis,
Esta es la más grande de las felicidades.
Ser humilde, educado y agradecido,
Contentarse con poco,
Aprovechar las ocasiones de aprender el Dharma,
Esta es la más grande de las felicidades.
Ser perseverante, transformarse y progresar en la buena dirección,
Tener un contacto regular con los monjes y monjas,
Asistir a las charlas del Dharma para aprender,
Esta es la más grande de las felicidades.
Vivir en la diligencia y la plena consciencia,
Aprender las verdades profundas y maravillosas,
Tener la experiencia del Nirvana,
Esta es la más grande de las felicidades.
Vivir en la sociedad
Sin tener jamás el corazón perturbado por ella,
Vivir en la paz, todo sufrimiento extinguido,
Esta es la más grande de las felicidades.
La persona que consigue vivir así
Estará segura adonde quiera que vaya,
Será sólida donde llegue,
Porque la más grande de las felicidades viene de ella misma.
El Budhha.
Samyutta Nikaya 35,28
Introducción.
Algunos meses después de su Iluminación, el Buda ofrece este discurso a un grupo de mil monjes que eran adoradores del fuego. En su característico y brillante estilo de enseñanza, el Buda usa una metáfora muy capaz de penetrar rápidamente las mentes de aquellos monjes, en este caso, la metáfora del fuego. Al escuchar este sermón, el grupo entero alcanza la plena Iluminación.
Esto he oído. En una ocasión, el Bienaventurado estaba en Gaya de Gayasisa, junto a un grupo de mil monjes. Estando ahí, se dirigió a los monjes con estas palabras:
“Monjes, todo está ardiendo. ¿Y qué es este “todo” que está ardiendo?
¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la avidez, con el fuego del aborrecimiento, con el fuego de la falsa ilusión. Os digo, está ardiendo con el nacimiento, con la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación.
El ojo está ardiendo… las formas están ardiendo, la conciencia del ojo está ardiendo, el contacto del ojo está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable, está ardiendo.
El oído está ardiendo... los sonidos están ardiendo, la conciencia del oído está ardiendo, el contacto del oído está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del oído como su condición indispensable, está ardiendo.
La nariz está ardiendo… los olores están ardiendo, la conciencia de la nariz está ardiendo, el contacto de la nariz está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la nariz como su condición indispensable, está ardiendo.
La lengua está ardiendo... los sabores están ardiendo, la conciencia de la lengua está ardiendo, el contacto de la lengua está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la lengua como su condición indispensable, está ardiendo.
El cuerpo está ardiendo... la piel está ardiendo, la conciencia del cuerpo está ardiendo, el contacto de la piel está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la piel como su condición indispensable, está ardiendo.
La mente está ardiendo, los pensamientos están ardiendo, la conciencia de la mente está ardiendo, el contacto de la mente está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable, está ardiendo.
¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la avidez, con el fuego del aborrecimiento, con el fuego de la falsa ilusión. Os digo, está ardiendo con el nacimiento, con la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación.
Monjes, viendo esto, el bien instruido discípulo de los nobles se distancia del ojo, se distancia de las formas, se distancia de la conciencia del ojo, del contacto del ojo y también se distancia de toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable.
“Él se distancia del oído, se distancia de los sonidos...
“Él se distancia de la nariz, se distancia de los olores...
“Él se distancia de la lengua, se distancia de los sabores…
“Él se distancia del cuerpo, se distancia del tacto...
Él se distancia de la mente, se distancia de las ideas, se distancia de la conciencia de la mente, del contacto de la mente y también se distancia de toda la sensación placentera o penosa o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable.
Cuando está así distanciado, se vuelve desapasionado. Al apagarse la pasión, él es liberado. Cuando es liberado, aparece en él este conocimiento: ‘Ésta es la liberación’. Entonces entiende que ‘el nacimiento está terminado, la vida santa ha sido realizada, la tarea ha culminado. No queda más nada por delante’”.
Esto dijo el Bienaventurado y los monjes fueron elevados y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.
Y durante este discurso, los corazones de aquellos mil monjes fueron plenamente liberados de las impurezas a través del no-apego.
FUENTES:
“Adittasuttasm” en Chattha Sangayana. CD-Rom, Versión 3.
BHIKKHU BODHI (2000) “Burning” en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pág. 1143.
ÑANAMOLI THERA [en línea] Adittapariyaya Sutta: The Fire Sermón. (18/06/2006). Traducido y editado por Isidatta para el Bosque Theravada © 2008. Edición de Bosque Theravada © 2008
Reverentemente me postro con mi cuerpo, palabra y mente frente al Buda, el iluminado por excelencia; al Dharma, las enseñanzas del Buda que conduce de la oscuridad a la luz; y a la Sangha, la hermandad de los discípulos del Buda que siguen el camino del Dharma.
(El homenaje sirve como antídoto contra el orgullo)
Presento nubes para cada tipo de ofrecimientos, tanto los brindados realmente como aquellos transformados mentalmente. Les ofrezco velas con gemas incrustadas y decoradas con bellos lotos dorados. Sobre el suelo rociado de perfumes, coloco ramos de preciosas flores.
(La ofrenda se realiza como antídoto contra la avaricia).
Confieso todas mis acciones negativas acumuladas desde tiempo sin principio. Reconozco ante todos los budas el mal que por mi ignorancia y necesidad he acumulado, así como el mal que he hecho por falta de comprensión e inteligencia. Que todos los budas acepten esta confesión amablemente, tal y como es, con sus muchos defectos. Aquello que no sea bueno, oh budas, prometo que no lo volveré hacer.
(La confesión se utiliza como antídoto contra el karma negativo).
Me regocijo en las virtudes de todos los seres santos y ordinarios, pues me alegra profundamente lo bien que hacen los seres sintientes, gracias a lo cual logramos sensatez y reposo, liberándonos de los apegos y las aversiones. Me alegra la liberación del sufrimiento: que todos los seres superemos los deseos egoístas, el aferramiento y la confusión. Me alegro de que exista la enseñanza y la práctica de la sabiduría y la compasión, que son los cimientos para morar en bienestar y en paz.
(El júbilo se utiliza como antídoto contra los celos).
Por favor, budas y bodhisattvas, permanezcan con nosotros hasta que finalice el samsara. Les suplicamos a los excelentes maestros del Dharma, que nos enseñen a eliminar las mentes de negatividad y conseguir todos los factores mentales positivos. Suplicamos a todos los protectores y maestros que giren con fuerza y determinación la rueda del Dharma, para el beneficio de todos los seres del mundo.
(La súplica se postula como antídoto contra los obscurecimientos).
Con una poderosa determinación les pedimos a todos los budas existentes en las diez direcciones que hagan resplandecer sus enseñanzas para todos aquellos que vagamos sin dirección y sin sentido, en el sufrimiento de lo ilusorio y el engaño. Con las manos unidas en reverencia, les pedimos a todos los budas que permanezcan con cada uno de nosotros, por un tiempo ilimitado, para que la vida en este mundo no se oscurezca jamás.
(Se recurre a la petición como antídoto contra la ignorancia).
Dedico todos mis méritos alcanzados hasta hoy para la Iluminación de todos los demás seres sintientes. Por tanto, que el mérito creado con mis buenos actos de mente, palabra y cuerpo sirvan para aliviar el sufrimiento de todos los seres y crear las causas de su felicidad. Que yo me transforme en algo que mantenga a todos los seres en el espacio infinito de la existencia, hasta que todos hayamos alanzado la paz.
(La dedicación se aplica como antídoto contra la deslealtad).
Preliminares
Primer acto:
Por algunos momentos, nos sentamos fija y cómodamente; procuramos estabilizar y calmar la mente por medio de la concentración en la respiración: exhalando, inhalando... más tarde, nos ubicamos como observadores de nuestras propias sensaciones, percepciones, emociones y pensamientos que están sucediendo en este preciso momento, sin juzgar, sin generar opinión alguna sobre ellos; sin alimentarlos, sin rechazarlos, sin perseguir nada.
Segundo acto:
Visualizamos el “yo normal”; convencional y formal; lo vemos como un sujeto insensible y duro al sufrimiento, que solo le importa el deseo para sí mismo y realizar sólo el interés propio. Así aceptamos al yo convencional.
Tercer acto:
Imaginamos a un grupo de seres sintientes que en estos momentos sabemos claramente que están sufriendo en demasía, ya sea a causa de una guerra, por la presencia de una catástrofe natural, o que sufran una enfermedad aguda y dolorosa. Nos podemos enfocamos en una o varias personas que están bajo esas situaciones de tormento. Ahí estabilizamos nuestra atención por algunos minutos.
Cuarto acto:
Ahora nos figuramos que somos una tercera persona neutral a las situaciones pasadas; podemos ser un observador imparcial que procura evaluar verdaderamente a quién le corresponde la prioridad de nuestra plena atenciones: ¿al “yo normal” o a la persona o personas que están sufriendo en demasía aquellos tormentos? Nos sensibilizamos al sufrimiento ajeno imaginando que nuestro corazón es pura Luz Clara, compasión y ternura, de ese modo comprendemos la mezquindad y pobreza del egocentrismo y nos damos cuenta de que el enfocar las energías hacia el bienestar de otros seres sufrientes es mucho más justo, racional y satisfactorio.
Quinto acto:
Como consecuencia de las pasadas visualizaciones, nuestro corazón y nuestra mente gradualmente se abren, logran sentir una gran afinidad, empatía e identificación con el sufrimiento y el dolor de las personas que están sufriendo aquella grave situación. Estamos plenamente convencidos que sufren mucho más que uno mismo.
Inicio de la meditación de Ton-glen (tomar y dar)
Sexto acto:
Ahora nos olvidamos totalmente del “yo normal” y damos toda nuestra atención plena y percatación en las personas o persona que hayamos definido en los ejercicios anteriores de visualización; llega nuestra empatía a tal grado que ese sufrimiento nos parece ya insoportable e intolerable. Para ayudar disminuir gradualmente ese sufrimiento, hasta eliminarlo, visualizamos que tomamos y asumimos, inhalando con plena conciencia, ese sufrimiento, ya sea físico, emocional o mental y lo transformamos llevándolo hacia dentro de nuestro corazón de Luz Clara que se encuentra abierto, luminoso y sensible; asumimos plenamente las causas y condiciones del sufrimiento ajeno, aspirándolo como humo negro que se disuelve completamente en nuestro corazón de compasión y sabiduría, de Luz Clara, que funciona como un órgano de reciclaje: toma el sufrimiento y lo devuelve como compasión.
Séptimo acto:
Nos imaginamos que nuestras cualidades de amor, compasión, gozo y ecuanimidad adoptan la forma de una luz blanca, intensa y magnífica; damos, sin un átomo de reserva alguna, esa energía a la persona o personas que están sufriendo mucho más que uno. Al exhalar con plena conciencia, damos bienestar y felicidad. Nos nace un fuerte sentimiento de compartir la paz, las cualidades positivas y satisfacción; trasmitimos absolutamente todos nuestros méritos a esas personas doloridas y gracias a este ejercicio, la o las visualizamos más contentas, relajadas y felices.
Octavo y último acto:
Al inhalar, tomo el sufrimiento de una persona, o varias, que se encuentra(n) en estos momentos en una dolorosa situación.
Al exhalar, doy bienestar y tranquilidad a esa persona, o a esas personas, para que estén bien, felices y en paz.
Nos quedamos inhalando y exhalando de esa manera, tantas veces, y tanto tiempo, como nos sea posible.
Nota: esta meditación se puede hacer también de forma escalonada y gradual. Podemos empezar inhalando y exhalando el sufrimiento y la felicidad de uno mismo. Después tomamos la visualización de un conocido que este sufriendo una enfermedad, un accidente, una pérdida o algo que sea la causa de un profundo sufrimiento: inhalamos su sufrimiento, exhalamos para su felicidad. De igual modo, seguimos con una persona relativamente desconocida, pero que sepamos que está en una difícil situación; más delante con una persona que este bajo el concepto de enemigo; después con un extraño. También se puede hacer el ejercicio ampliando poco a poco nuestro radio geográfico de visualización: empezamos con las personas cercanas a nuestra meditación, seguimos con los alrededores, la ciudad, la región, el país, los continentes, hasta llegar a todo el mundo literalmente.
Estudia y practica primero los tres preliminares: la vida humana es preciosa; todo es impermanente y es seguro que vamos a morir; y, todo acto negativo genera karma que se traduce en experiencias de insatisfacción y sufrimiento
Adiéstrate y cultiva la bodhichita última y la relativa o convencional.
Bodhichita última. Sabiduría.
Transforma toda adversidad y circunstancias negativas en causas y condiciones para el despertar espiritual.
Integra todas las prácticas para la vida
Usa criterios verificables para ir evaluando el progreso de tu entrenamiento mental, esa será la medida de tu éxito.
Los compromisos y las promesas sobre el entrenamiento mental.
Preceptos y consejos para el entrenamiento mental.